domingo, 3 de agosto de 2008

Año 2059

los caballos sacuden al viento, la gente corre a ver la llegada del tren, carros con energía solar se mueven, otros con ayuda del viento o en carretas jaladas por bestias y muchos van en bicicleta. La gente nuevamente como ayer, siembra en macetas y cajones o en sus jardines hortalizas y frutales, con la humedad de la noche y el transpirar del día, gota a gota se han tecnificado a fuerza de sobrevivir a los altos precios de los alimentos, tesoros del día. El hombre lee su historia desgraciada del atropello a la naturaleza, como vampiros succionamos a la tierra el petróleo, los árboles, los gases y minerales, vacía, vacía… así se siente la tierra mi casa, llena de inmundicia en su superficie, basura y mal olor, cadáveres, polvo. La destrucción del hombre por el hombre, reza el principio, pero, por que acelerar esto, de que servirá el poder, el dinero, si al enfermo le atacó una enfermedad llamada cáncer producida por un virus llamado insensatez, el transmisor, el hombre y la mujer, ¡Tú, Yo, nosotros, vosotros, ellos…¡ Todavía estamos a tiempo de hacer algo, unidos todos en una sola acción, caminar más, usar el carro menos, sembrar más árboles y talar menos, usar menos papel, menos madera, menos aceite, menos agua desperdiciada y más agua bien utilizada, apagar la luz eléctrica innecesaria. Consumir cosas naturales, Con menos fertilizantes químicos, sin insecticidas y pesticidas diga no al uso de aerosoles y ácidos en casa conservemos la selva y la sierra construyamos reservorios tratemos los residuos sólidos reciclar la basura y demás desperdicios humanos. Pensaron en Maltus como yo? en su teoría del crecimiento exponencial que produciría hambrunas y guerras, Seguramente que si, qué es una ficción? qué he visto alguna película? o leí a Julio Verne, talvez? pero lo cierto es que hay que hacer algo que el mundo se va acabar Y la raza humana…como los dinosaurios Morirán impotentes ante la verdad.

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